Los casos de los canales RCTV y Globovisión, censurados de una forma u otra por el gobierno nacional son paradigmáticos de este nuevo horror que vive el país. El gobierno ha sido enérgico en vender tantos por sus medios directos como sus aliados afines a la opinión pública una versión de porque se le retiró la concesión a Radio Caracas Televisión y el cambio de orientación en Globovisión, convirtiéndose en acervos del sentido común de todos los venezolanos. “RCTV se le retiró la concesión por golpista, no se cerró”, “Globovisión rectificó su línea editorial”. Pero más allá de esta repetición goebeliana, existen los informes, los documentos y las declaraciones públicas de protagonistas y analistas de este proceso censura contra estos medios que luchan contra el objetivo de convertirse en emisoras de repetición del mensaje del actual gobierno. Si Esquilo decía que la verdad era la primera víctima en una guerra (máxima popularizada Arthur Ponsonby), ¿Qué se podría esperar de una autocracia, que es un régimen en permanente guerra contra los ciudadanos que desea gobernar?