Más allá de las demandas surgidas por la dinámica del mercado laboral y las urgencias de formación de los nuevos cuadros profesionales, el contexto del país ha hecho que surjan diversos laboratorios de carácter distinto y coloreados sobre todo por su posicionamiento. Por una parte están los centros que responden a urgencias políticas, sea en defensa de los derechos humanos y de la libertad de expresión (Provea, IPYS, Espacio Público) o sea en la salvaguarda de la imagen del gobierno (GIS XXI, Observatorio Global de Medios). Estas entidades, por sus características, no son tanto centros de investigación, sino observatorios sobre el desempeño de los diversos medios y, por supuesto, de las NTIC y su proyección política. Temas como la conflictividad, las protestas, las manifestaciones, la libertad de expresión, acceso a los medios digitales, las redes sociales (RR.SS.) y las movilizaciones, etcétera, solamente por citar algunos tópicos más vinculados al espacio sociopolítico, focalizan el levantamiento de datos para la acción ciudadana. Sus resultados son publicados en informes anuales, a menudo sin mayores disquisiciones metodológicas, y de ahí que su interés esté vinculado más a los estudios politológicos y, en general, a los de opinión pública, tarea que habitualmente han realizado Datanálisis, Tendencias Digitales, Demos, Hinterlaces y otros.