En conclusión, creo que la madurez, el filtro y la decencia frente a la información está en manos de cada uno de nosotros. Hay que bajar la interrelación con ellas, a conciencia. En mi caso solo veo lo que manejo por mi trabajo como asesora de comunicación estratégica y como editora del portal Pasión país, que es lo que me ocupa. Selecciono lo que leeré de tal bombardeo porque lo que sí es cierto es que hay que estar informado. Bien informado. Sobre todo en estos tiempos de pandemia. Mi reflexión incluso va más allá de lo que parece a simple vista, no podemos obviar que es muy frágil la línea divisoria entre la locura y la cordura. ¿Cómo si no tomamos conciencia de ello podemos salir sanos de esta experiencia?