15º Festival del cine venezolano
15º Festival del cine venezolano

AUTOR: Rafael Duarte 

Esta vez el tradicional Festival del Cine Venezolano, que desde su aparición se venía celebrando en la ciudad de Mérida, se trasladó a Caracas. Las pésimas  condiciones de infraestructura y servicios de Mérida contribuyeron a que esta nueva cita cinematográfica se llevará a cabo en la ciudad capital, gracias a la valiosa ayuda de Trasnocho Cultural. Como decía uno de sus organizadores: “El cine venezolano resiste en medio de la crisis”. 

A pesar de la crisis que enfrenta el país, todavía aquí se hacen películas, y el Festival del Cine Venezolano también sortea las dificultades, en su 15° aniversario, para instalarse por primera vez en Caracas, en los espacios del Trasnocho Cultural, y mostrar esas historias que cuentan lo que somos.  

Para Karina Gómez, directora del evento, la decisión de mudarse de Mérida, ciudad que siempre albergó el encuentro cinematográfico, fue “lo único posible para sacar adelante el festival”.  

Señaló que este año resultó complicado sostener los costos en la capital merideña, sobre todo debido al problema actual que existe con el transporte y la escasez de gasolina, que imposibilita el traslado de directores y asistentes, por lo que al plantear la consulta con sus aliados, Trasnocho “fue el primero en ofrecerse”. 

“Es un préstamo, pues esperamos que ya para próximas ediciones se solucionen los problemas y podamos volver a Mérida”. 

Serán trece las películas que participarán por la Sección Oficial, que se llevará a cabo entre el 14 y 20 de junio.  

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Las aspirantes al gran premio de la muestra son Amnesia, de Gabriel Marino; Arpón, de Tom Espinoza; Canción de las sombras, de Roque Zambrano; Cumbres borrascosas, de Tony Rodríguez; Historias pequeñas, de Rafael Marziano; Jazmines en Lídice, de Rubén Sierra; La jaula, de José Salavarría; La noche de dos lunas, de Miguel Ferrari, y Operación Orión, de Rubén Hernández Ramón.  

También competirán Parque Central, de Luis Alberto Lamata; Peleador nocturno, de Mario Pagano; Voy por ti, de Carmen La Roche y Yo imposible, de Patricia Ortega.  

Goméz aclaró que no existe ningún criterio de selección para las películas, pues el festival es 100 % competitivo, y que los únicos requisitos son que la cinta sea profesional y haya sido proyectada en salas de cine. 

Destacó que dos aspectos fundamentales del festival siempre han sido tanto los creadores veteranos como los emergentes, los cuales aprovechan ese espacio para encontrarse y conocerse. Igualmente, el trabajo cercano con universidades como la Universidad de Los Andes (ULA), la Universidad Central de Venezuela (UCV) o la Escuela de Cine y Televisión, permite a los estudiantes entrar en contacto con profesionales y comenzar a labrarse un nombre en el medio. 

“Hay gente que ha crecido con nosotros estos quince años y ahora presenta su primer largometraje, otros hasta presentan sus cortos en festivales como Cannes”. 

Sobre la cantidad de coproducciones con otros países y cintas de venezolanos hechas desde afuera, refiere que ha sido la solución de los cineastas locales para “no dejar morir este arte”. 

“No es secreto para nadie que se ha vuelto muy difícil hacer cine, y hay que hacer un homenaje a todos esos cineastas que luchan por hacer cine con las uñas y poder contar sus historias”. 

Dentro de su programación se proyectarán, fuera de concurso, los documentales Está todo bien, de Tuki Jencquel; El vendedor de orquídeas, de Lorenzo Vigas, y Araya, de Margot Benacerraf, que recibirá un homenaje por sus sesenta años, junto al director Joaquín Cortés y el periodista Pablo Antillano, recientemente fallecidos. 

Concluyó el 15° Festival del Cine Venezolano. Este año se desarrolló en Caracas en vez de su natal Mérida por la carencia de recursos, servicios e infraestructura. Un festival que se negó a morir, que desafió la crisis, que mantuvo su posición, que respalda a una producción que resiste.

Pese a todos los obstáculos, la cita anual de la producción nacional se llevó a cabo en el Trasnocho Cultural para revisar y analizar los trabajos de creadores que no están dispuestos a claudicar. Trece largometrajes en concurso, de diversas tendencias, fueron analizados por un jurado integrado por los periodistas Juan Antonio González y Alexandra Cariani, los cineastas Geyka Urdaneta y Luis Rodríguez y el productor Pedro Mezquita.

Estos son los premios recién salidos del horno:

Mejor película: Historias pequeñas de Rafael Marziano. “Por el estilo personal con el que retrata desde la ironía la conducta del venezolano frente a los acontecimientos políticos recientes en nuestro país.”

 

Mejor dirección: Patricia Ortega por Yo imposible. “Por el estilizado tratamiento visual, y el efectivo manejo dramático del complejo universo de la intersexualidad.”

 

Ópera prima: Rubén Sierra por Jazmines en Lídice.

 

Mejor actor: Luis Jerónimo Abreu por La noche de las dos lunas, de Miguel Ferrari.

 

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Mejor actriz: Lucía Bedolla por Yo imposible.

 

Mejor actor de reparto: Santiago Osuna por Voy por ti, de Carmen La Roche.

 

Mejor actriz de reparto: la Nena Duque por Yo imposible.

 

Mejor guion: Patricia Ortega y Enmanuel Chavez por Yo imposible. “Una historia narrada con gran precisión y sensibilidad y alto sentido de lo cinematográfico.”

 

Dirección de arte: Matías Tikas por La noche de las dos lunas, de Miguel Ferrari.

 

Dirección de fotografía: Alexandra Henao por La noche de las dos lunas, de Miguel Ferrari.

 

Edición/Montaje: Paloma López Carrillo, Maricarmen Merino y Gustavo Rondón por Jazmines en Lídice.

 

Sonido: Lino Ocando por Pequeñas historias.

 

Cámara: Michel Rivas por Jazmines en Lídice.

 

Música: Álvaro Morales por Yo imposible.

 

Casting: Luis Castillo y Carolina Riveros por Yo imposible.

Se cumplió el objetivo principal de mantener vivo el Festival del Cine Venezolano. Con actividades paralelas, con proyecciones fuera de concurso y con soluciones para distintos problemas. Porque problemas siempre habrá. Lo importante es que se mostraron, se disfrutaron y se analizaron las más recientes propuestas del cine nacional. El año que viene regresaremos a Mérida.