La infodemia
Sobre el flujo de información falseada en torno al nuevo coronavirus, la OMS alertó en febrero de este año que su propagación vertiginosa avanzaba incluso más rápido que el contagio del SARS-CoV-2 en el mundo (Adhanom, 2020).
El término utilizado desde hace varios años por la OMS para referirse a la propagación de bulos y desinformaciones sobre virus es infodemia, definido como “[…] una sobreabundancia de información –alguna exacta y otra no– que hace difícil que la gente encuentre fuentes dignas de crédito y fiables” (OMS, 2020). La Fundación del Español Urgente propone una definición adicional: “epidemia nociva de rumores que se generan durante los brotes” (Fundéu, 2020).
Investigaciones en distintos países han confirmado el rápido desarrollo de la infodemia –que alertó en febrero pasado la OMS– durante esta pandemia por COVID-19. Una encuesta realizada entre marzo y abril de 2020 por usuarios de Internet de seis países –Alemania, Argentina, Corea del Sur, España, Estados Unidos y Reino Unido–, desarrollada por el Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo, detectó que cerca de un tercio de los encuestados afirmó haber visto “mucha o muchísima información falsa o engañosa”, sobre todo a través de redes sociales y servicios de mensajería instantánea, como WhatsApp (Nielsen y otros, 2020).
Un estudio más reciente, desarrollado por seis investigadores del proyecto español RRSSalud (“Dinámicas de difusión en redes sociales de noticias falsas sobre salud”, 2020-2022) y publicado en mayo de este año, reveló que los bulos creados y difundidos durante esta pandemia no son solo sobre salud y ciencia, sino que además se ha propagado un gran número de contenidos engañosos sobre temas políticos y gubernamentales. La investigación también explora los formatos, las fuentes y los territorios de procedencia de los contenidos falseados (Salaverría y otros, 2020).
Acciones contra la infodemia
Distintas organizaciones y representantes de redes sociales han tomado medidas para combatir y frenar la infodemia por COVID-19. Herramientas creadas en colaboración para verificar contenidos relacionados con la pandemia y difundir información verídica, así como limitaciones a la propagación de información engañosa son las principales acciones que se han desarrollado con alcance nacional e internacional.
El 16 de marzo de este año se publicó una declaración conjunta suscrita por Facebook, Google, YouTube, Microsoft, LinkedIn, Reddit y Twitter, enfocada específicamente en combatir la desinformación sobre el COVID-19.
Estamos ayudando a millones de personas a mantenerse conectadas mientras combatimos conjuntamente el fraude y la información errónea acerca del virus, elevamos contenido autorizado en nuestras plataformas y compartimos información crítica actualizada en coordinación con las agencias gubernamentales de atención médica de todo el mundo.
El 20 de marzo pasado la OMS lanzó un bot en WhatsApp para combatir la desinformación en torno al coronavirus y la enfermedad que causa. Actualmente está disponible en varios idiomas, entre ellos el español.
A comienzos de abril el servicio de mensajería instantánea más utilizado en el mundo, WhatsApp, propiedad de Facebook, tomó la decisión de limitar a un único destinatario el reenvío de cadenas altamente compartidas. La medida se implementó tras detectar “[…] un aumento significativo en la cantidad de reenvíos que, según algunos usuarios, puede resultar apabullante y contribuir a la divulgación de información errónea” (WhatsApp, 2020).
WhatsApp también creó un centro de información de coronavirus, que trabaja en colaboración con la OMS, Unicef, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Instituto Poynter. Dicho centro busca ofrecer una guía simple y práctica, consejos generales y recursos para que las personas estén mejor informadas sobre el coronavirus y el COVID-19.
Guy Rosen, vicepresidente de Integridad de Facebook, anunció en un comunicado publicado el 16 de abril que la compañía rastrearía las informaciones falsas sobre coronavirus y COVID-19 compartidas por los usuarios de esa red social. La medida incluye alertar a los usuarios que comparten contenidos engañosos sobre el retiro de los mismos de sus muros (Rosen, 2020). Facebook también creó su propio centro de información sobre coronavirus, que incluye contenidos creados por fuentes autorizadas en el tema, como la OMS y autoridades de salud de varios países.
En cuanto a Twitter, el pasado 18 de marzo actualizó su política de seguridad a propósito de la pandemia por COVID-19. Entre otras acciones, la red social de los trinos prohíbe la publicación de tuits que niegan la orientación de expertos sobre el coronavirus, alientan falsos tratamientos, medidas de prevención y/o técnicas de diagnóstico, así como aquellas publicaciones que engañan a los usuarios usurpando la identidad de autoridades de salud, médicos o científicos.
A mediados de marzo Google anunció la creación de un equipo de respuesta a incidentes sobre informaciones falsas relacionados a la pandemia. La empresa, propietaria también de YouTube, indicó que el equipo trabajaría en eliminar la información falsa que arrojen los resultados de búsqueda tanto en Google como en YouTube, al tiempo que promoverá información verídica aportada por las agencias de salud.
Por su parte, la red social Telegram también creó un canal especial donde incluye el enlace a los canales creados por ministerios de salud de dieciocho países, dos de ellos de habla hispana. Telegram también tiene un blog para compartir información verificada exclusivamente sobre coronavirus y COVID-19.
El Observatorio Venezolano de Fake News, desde julio de 2019, es un proyecto de Medianálisis a través del cual se acomete la detección, desmentido y análisis de los bulos que circulan en Venezuela. El OVFN lleva una base de datos en la que acopia y sistematiza el estudio de los bulos y semanalmente publica sus resultados en un boletín que se distribuye por correo electrónico (https://bit.ly/suscripcion-via-correo) y por WhatsApp a estudiantes y docentes interesados en la temática. En febrero de este año, observando el impacto del COVID-19 en la sociedad, se hizo revisión y ajuste en las categorías de la base de datos incorporando la temática de la pandemia.