Un minuto de silencio Estudio 2016: censura y autocensura en periodistas y medios de comunicación en Venezuela

Por tercer año consecutivo, el Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela presenta un retrato del ejercicio del periodismo a través de una consulta con 252 periodistas, de dieciocho estados del país, quienes contribuyeron a construir este diagnóstico y a delinear algunas propuestas para mejorar las condiciones de la libertad de expresión y el derecho a la información en Venezuela.

Instituto de Prensa y Sociedad-Venezuela (IPYS)

Concierto de la banda de rock estadounidense Metallica, cuyo  estilo es el  Heavy metal, en en el Hipodromo de la Rinconada. Caracas, 13-03-10 (WILLIAM DUMONT / EL NACIONAL)

 Galería de papel. William Dumont (2017)

I. Antídoto contra la censura

Garantizar las condiciones básicas en salud, alimentación, seguridad y justicia son las principales urgencias y clamores sociales. Son también las tramas que ocupan la agenda de discusión de un país en tiempos de profunda crisis política, económica y social, en la que se ponen en riesgo las garantías democráticas.

¿Cómo se cubrieron estos asuntos en Venezuela a lo largo de 2016? Con reserva, temores, cautela, en las sombras. En voz baja. En medio de grietas profundas a la institucionalidad y la convivencia democrática, que además de afectar al país permeó, hasta lo más profundo, el ejercicio del periodismo nacional. Lo infiltró desde la opacidad hasta la autocensura, anomalías que transitan el mismo camino que conduce al silencio, como orden absoluta, como norma, como ley.

Estos fenómenos se escondieron bajo el caparazón de la violencia y la inseguridad, que han hecho que el periodista formado para cubrir la realidad– dude y tenga miedo de salir a tomarle el pulso a la calle, su terreno natural, y se espante al hacer su trabajo. Cada vez más los periodistas sufren el temor de salir a comprobar para corroborar los hechos desde lo que ve y escucha, desde los registros de la gente, sin que medie la voz única de quienes tienen el poder para enviar sus mensajes tamizados y unívocos.

El periodista prefiere resguardarse ante este escenario incierto de libertades restringidas y huir de los porrazos, las amenazas y las órdenes intimidantes. Piensa en protegerse él, al medio para el que trabaja, y también a las personas que le sirven de fuente de información.

Estas circunstancias llevan al periodista a pensar primero como cualquier ciudadano en preservar su integridad y seguridad. A confinarse en espacios condensados, que le hacen cada vez más difícil contar la realidad, ejercer su rol, su esencia de contrapoder y de escrutinio público.

Estas adversidades, no obstante, podrían superarse mediante un acuerdo social urgente, con la voluntad y la articulación de todos los sectores: el Estado, los gremios, las empresas de los medios de comunicación, los ciudadanos y los propios periodistas. Un acuerdo de todos.

II. Cinco propuestas para Venezuela, el periodismo y la democracia

Las heridas de la institucionalidad en el país pueden sanarse. Uno de los caminos para ello es 

salvaguardar la libertad de expresión como cimiento de la democracia y abonar el terreno para el ejercicio del periodismo libre, plural e independiente. Un periodismo que sea la voz de los ciudadanos, que denuncie con fundamentos, que escrute a las diversas fuerzas del poder y promueva la contraloría social como principio fundamental del ejercicio de ciudadanía. 

Los periodistas tienen un diagnóstico claro de esta realidad, sus grietas y desafíos. Pero no se conforman con ello. Apuestan a unas mejores condiciones para su labor, para la sociedad y para la democracia. Así lo demostraron los aportes que recibió el Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela de las 252 personas que participaron en el Estudio 2016: censura y autocensura en periodistas y medios de comunicación en Venezuela, una investigación cuantitativa, con rigurosidad científica, que recogió la percepción de quienes ejercen la labor periodística en dieciocho estados del país, con representación de medios privados, independientes, comunitarios, estatales, así como de oficinas públicas y organizaciones no gubernamentales.

A pesar de las diversas aceras que le toca transitar a esta diversidad de periodistas, hubo coincidencias en cinco puntos de urgencias que se traducen en Cinco propuestas para el periodismo, para Venezuela y para la democracia, que buscan aminorar las fracturas que han dejado el mutismo, las amenazas, el hostigamiento, la violencia y la autocensura.

A pesar de las diversas aceras que le toca transitar a esta diversidad de periodistas, hubo coincidencias en cinco puntos de urgencias que se traducen en Cinco propuestas para el periodismo, para Venezuela y para la democracia, que buscan aminorar las fracturas que han dejado el mutismo, las amenazas, el hostigamiento, la violencia y la autocensura. De ello, dan cuenta estos resultados.

Acceso a la información

El derecho a saber que se traduce en el acceso a la información pública es la mayor prioridad para los periodistas. Por lo menos así lo indicaron ocho de cada diez de los consultados, quienes refirieron en la investigación que en Venezuela se deben fortalecer los mecanismos de transparencia, incentivar la difusión de información oficial, robustecer las normas y las leyes que permitan conocer los asuntos que son de interés público.

Coinciden en tres apremios. El primero de ellos es establecer mecanismos efectivos para la rendición de cuentas en las instituciones estatales y no estatales que manejan información de interés público, en la búsqueda de la transparencia. Esta iniciativa fue respaldada por 89 % de los periodistas que participaron en el estudio. También un 89 % consideró que es indispensable desarrollar un programa que garantice la difusión de estadísticas oficiales de manera pertinente, adecuada y oportuna, bajo los estándares de datos abiertos.

Los periodistas piden que se apruebe una ley orgánica de acceso a la información pública, propuesta que fue el consenso de 83 % de los participantes. Esta ha sido una de las principales exigencias que el Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela ha encontrado con esta investigación desde 2014, y que tuvo avances con las discusiones legislativas en 2016.

IPYS Venezuela ha insistido que este marco normativo permitirá establecer procedimientos y obligaciones concretas que respeten las normas constitucionales venezolanas, para garantizar un real acceso a la información de interés público por parte de los ciudadanos. Debe fomentar, además, mecanismos de transparencia y rendición de cuentas por parte de los funcionarios públicos, en cumplimiento de los estándares contemplados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible definidos por Naciones Unidas.

Seguridad y protección

La seguridad y la salvaguarda de la libertad, la integridad y de las garantías de justicia marcan el segundo apremio sobre el que los periodistas construyen consensos. Así se estableció un acuerdo entre 88 % de los participantes de esta consulta, quienes consideran que en Venezuela es necesario implementar un programa de protección de periodistas, que resguarde las garantías fundamentales para el ejercicio pleno de la labor informativa.

Una política pública incluyente y diversa en esta materia contribuirá a reconstruir los fundamentos de la institucionalidad, y a mejorar las condiciones para el ejercicio del periodismo. Pero, sobre todo, ayudaría a combatir la impunidad, ese estado permisivo y de complicidades que sostiene a la violencia como uno de los principales escollos del periodismo.

Políticas de comunicación justas

La tercera prioridad que evidencian siete de cada diez consultados en esta investigación se orienta a reestructurar las funciones de los entes reguladores en materia de comunicaciones. De ellos, 82% exige una estructura estatal en materia de comunicaciones que sea autónoma e independiente de cualquier interés ideológico o partidista. Instituciones que, en vez de coartar las garantías, cumplan sus obligaciones de velar y propiciar un escenario adecuado para el ejercicio pleno de la libertad de expresión como fundamento de la democracia.

Esta demanda exige una revisión de las funciones y la actuación de las instancias oficiales que, entre otros asuntos, regulan las concesiones y el monitoreo de los contenidos de los medios de comunicación radioeléctricos, las políticas de Internet y el mercado de la compra y distribución del papel periódico.

También, 77% de los periodistas coincidió en que es necesario revisar el funcionamiento de los medios del Estado, comunitarios y privados, con miras a ajustar su función de servicio público y respetar los principios de libertad, diversidad y pluralidad de voces.

Los consultados proponen crear espacios de comunicación alternativos, que gocen de independencia y autonomía. Por ello, 62 % propone generar un plan de acción que incentive la sostenibilidad e independencia de los medios comunitarios. Esto permitiría conformar realmente un ecosistema de medios ciudadanos que cuenten sus realidades. 

Internet como DD.HH.

Los derechos digitales aparecen como cuarta urgencia en este estudio. Así lo reflejó la opinión de 70 % de los 252 periodistas, quienes creen que es indispensable que Venezuela desarrolle un plan de acción nacional que promueva Internet como derecho humano.

IPYS Venezuela infiere que este apremio deriva de los cambios forzados y apresurados que se han dado en el ecosistema de medios en Venezuela, que ha hecho que los periodistas y los ciudadanos acudan al entorno digital para comunicarse.

Una política en este sentido exige aumentar la pluralidad de voces, la organización de comunidades orgánicas y autónomas, incrementar el acceso a Internet, diversificar el mercado de operadores de este servicio y disminuir las barreras que impone la vigilancia y el control de contenidos desde el Estado.

Esta demanda exige una revisión de las funciones y la actuación de las instancias oficiales que, entre otros asuntos, regulan las concesiones y el monitoreo de los contenidos de los medios de comunicación radioeléctricos, las políticas de Internet y el mercado de la compra y distribución del papel periódico.

Libertad para opinar

La quinta dimensión de las prioridades que eligen los periodistas es la libertad para informar y expresarse sin temores, riesgos y represalias. Así, 48 % de ellos reclama la eliminación de las penas por ejercer derechos comunicacionales. Consideran que en Venezuela se deben suprimir las demandas por difamación e injuria, que han sido ejercidas, principalmente, por funcionarios públicos y empresarios allegados al poder estatal, con la única intención de criminalizar la labor de los periodistas y medios de comunicación, para que la sociedad no delibere sobre asuntos de corrupción, criminalidad, violencia y abusos del poder.

Estas cinco prioridades que conforman la agenda en materia de libertad de expresión e información de los periodistas, ameritan responsabilidad, compromiso y disposición de los diversos sectores de la sociedad, no solamente para salvaguardar el periodismo, como ventana para el escrutinio, sino para preservar las libertades ciudadanas de la deliberación pública.

Estas propuestas delinean un antídoto contra la desinformación que se ha impuesto en Venezuela como estrategia política. Podría ser una fórmula para desarticular el círculo de la censura sobre el que giran las medidas de opacidad, las acciones de violencia, el ocultamiento temeroso de información dentro de los propios medios comunicación, las presiones directas del Estado y de los grupos al margen de la ley para acallar las denuncias ciudadanas, y la propia voluntad de los periodistas de asumir el silencio como salvoconducto para su autoprotección.

No es fortuito que los periodistas hayan planteado que las prioridades vayan desde el acceso a la información, las medidas de protección, hasta las garantías para la expresión en diversos ecosistemas de comunicación. Ese, justamente, fue el orden en el que ubicaron los problemas que enfrentó el periodismo en Venezuela desde los diversos trazos con los que se presentó el fenómeno de la censura y la autocensura.

De todo esto da cuenta esta radiografía del ejercicio del periodismo durante 2016, que se levantó a través de esta investigación cuantitativa la cual recogió la percepción de 252 periodistas, que de manera confidencial participaron en esta consulta que realizó IPYS Venezuela durante cinco semanas del 19 de septiembre al 22 de octubre de 2016 con la finalidad de profundizar en las condiciones que giran alrededor del círculo de la censura en Venezuela.

Los impedimentos del acceso a la información hicieron hendiduras en diversos caminos que conducen al silencio. Así se configuraron los recurrentes obstáculos para acceder a la información de las instituciones, los impedimentos para tomar declaraciones a funcionarios públicos y las limitaciones para acceder a documentos oficiales.


Antidoto contra la censura 2

III. En la oscuridad

Durante 2016, en Venezuela prevalecieron el mutismo y la opacidad. Esta anomalía social marcó el camino al silencio por la ausencia de información y el desconocimiento de los ciudadanos de las dimensiones de la realidad. Las restricciones de información, que dibujan el primer trazo de la espiral de la censura, se hicieron más pronunciadas hasta lograr que el no-saber fuera la norma.

El reclamo de los periodistas en materia de acceso a la información pública determina la agenda de prioridades que tiene el periodismo en Venezuela, pues la opacidad se convirtió en un reflejo del debilitamiento institucional que perforó los mecanismos de la democracia, socavada a lo largo de 2016. En esta investigación, ocho de cada diez periodistas no solo coincidieron en apuntar soluciones a este problema, sino que también describieron que la opacidad es el principal obstáculo para el ejercicio del periodismo en el país.

Los impedimentos del acceso a la información hicieron hendiduras en diversos caminos que conducen al silencio. Así se configuraron los recurrentes obstáculos para acceder a la información de las instituciones, los impedimentos para tomar declaraciones a funcionarios públicos y las limitaciones para acceder a documentos oficiales. Estas circunstancias marcaron cuatro de los seis principales problemas que tuvo que enfrentar el periodismo en Venezuela durante 2016.

Sobre este fenómeno, 86 % de los consultados llegó al consenso de que el principal problema para el periodismo en Venezuela lo representa el cierre de las fuentes de información de interés público, manejadas por instancias estatales y no estatales. Este grupo ha enfrentado la opacidad a ritmos diferentes. Para 51 % de los

periodistas el cierre de fuentes de información fue una dificultad de alta frecuencia, mientras que para 23 % ocurrió medianamente y para 12 % fue poco frecuente.

Con alta, mediana y poca regularidad, 87 % los periodistas fueron afectados por las negativas de funcionarios a ofrecer declaraciones sobre informaciones de interés público. A 48 % de este grupo, esta situación le ocurrió con una alta frecuencia. Esta misma práctica fue asumida en el sector no estatal de la sociedad, pues 75 % de los consultados indicó que también recibió negativas constantes de voceros de instituciones privadas e independientes a ofrecer declaraciones sobre asuntos de interés público.

Mientras tanto, 82 % evidenció que el fenómeno de la opacidad se manifestó a través del ocultamiento y las dificultades para acceder a documentos y datos oficiales relacionados con el acontecer de la política, la economía y el ámbito social del país.

La opacidad tomó diversos matices y copó los espacios de la deliberación pública. Tanto así que llegaron a ser recurrentes las restricciones para el acceso y la consulta de contenidos en Internet, de acuerdo con la opinión de 57 % de los consultados, quienes refirieron haber tenido este tipo de impedimentos en diversas frecuencias.

A IPYS Venezuela le preocupa que las restricciones al acceso a la información pública incidan negativamente en el ejercicio de otros derechos, pues sin información no se pueden salvaguardar plenamente las garantías civiles, políticas, económicas y sociales, consagradas en la Constitución nacional.

IV. Diagnóstico reservado

El oscurantismo en materia de información es síntoma de anomalías y da cuenta de una sociedad enferma, débil, con candados y con un diagnóstico reservado ante la ausencia de la rendición de cuentas y la falta de transparencia, pilares fundamentales del derecho a saber.

Esto mismo ocurre en la salud pública, uno de los sectores más afectados por la opacidad en 2016. De acuerdo a la percepción de 74 % de los periodistas que participaron en esta investigación, los organismos de salud pública están entre las

EN LA OSCURIDAD

principales instituciones que aprietan el tornillo de la opacidad en Venezuela. Al menos 45 % de ellos tuvieron obstáculos con alta frecuencia para hacer su labor periodística en centros de asistencia médica en el país.

Esta práctica de opacidad también involucró a otros actores de la salud del sector privado. Las empresas de la industria farmacéutica también se negaron a rendir cuentas sobre el manejo de medicamentos en el país, según la percepción de 54 % de los encuestados.

En los tres últimos años la salud entró en las sombras en materia de información, pero entre 2015 y 2016 las instituciones que manejan estos asuntos han sido de las que más trabas han presentado para el ejercicio periodístico.

Instituto de Prensa y Sociedad-Venezuela (IPYS)

Se trata de una organización no gubernamental que trabaja en la promoción, defensa y formación en libertad de expresión, periodismo de investigación y derecho a la información.