Miembro del partido nazi NSDAP, Alfred Bauer perteneció también a la organización paramilitar SA, según documentos de los propios nazis, y tuvo un papel destacado en la “vigilancia de actores, realizadores y otros miembros de la industria cinematográfica”, controlada enteramente por Goebbels durante el Tercer Reich. Al acabar la Segunda Guerra Mundial, según el diario Die Zeit, se dedicó a borrar todas las huellas de su pasado nazi, haciendo creer incluso que había hecho oposición a Hitler.