4.1 Una de las paradojas de la modernidad reside en las dos representaciones contradictorias que del yo propone. Por una parte, en la esfera política, el yo es establecido como libre, y “libre” a menudo es entendido como autónomo, desencarnado, racional, bien informado y desconectado: un yo individual y atómico. Por otro lado, en términos científicos, el yo aparece como un objeto de investigación entre otros, y, de esta manera, es considerado plenamente analizable y previsible. Esta forma de saber, interesándose más en las causas y factores incitantes o disuasorios desde una perspectiva instrumental, tiende frecuentemente a controlar e influir en los comportamientos, tanto individuales como colectivos. Se da desde ese momento una oscilación constante entre, por un lado, la representación política del yo en tanto que sujeto racional, desencarnado, autónomo y desconectado, y, por otro lado, la representación científica de ese
mismo yo en tanto que heterónomo, resultado de contextos multifactoriales totalmente explicables por las distintas disciplinas científicas (sociales, naturales y tecnológicas).