Hace ya algunos años Marcelino Bisbal, para un libro en el que tuve el honor de participar, logró sintetizar en qué consistía esta estrategia
oficial: hegemonía y control comunicacional (Bisbal, 2009). Este modelo se implantó en el gobierno de Hugo Chávez (1999-2012) y fue
cónsono con su política, carisma y popularidad entre los más pobres, en lo que bautizamos como “Presidencia mediática” (Cañizález, 2012).
Luego el modelo formó parte del legado del comandante y ha sido una eficaz herramienta en manos de un presidente de baja aceptación popular, como es el caso de Nicolás Maduro (2013-2019).