SUMARIO
La ONG Espacio Público convocó a tres destacados profesionales del país con la idea de entender a Venezuela. Fueron ellos el estadístico Félix Seijas (hijo), el economista Asdrúbal Oliveros y el profesor e investigador Ramón Piñango. El sentido de esta convocatoria fue ofrecer información y claves para reflexionar sobre la situación por la que atraviesa el país.
En el marco de una propuesta regular de eventos y encuentros, Espacio Público realizó el viernes 28 de febrero de 2020 el foro Hablemos de lo que viene: claves para entender a Venezuela, en el Centro de Estudios Políticos de la UCAB en La Castellana, Caracas.
El objetivo de esta convocatoria, que contó con la participación de 48 personas, fue ofrecer información de calidad sobre la actualidad política, económica y social, con la intención de enriquecer el debate público y la toma de decisiones.
La actividad contó con la participación de Félix Seijas, estadístico y director de la encuestadora Delphos; Asdrúbal Oliveros, economista y director de la empresa de análisis macroeconómico y planificación estratégica, Ecoanalítica; Ramón Piñango, profesor e investigador del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) y de la periodista Graciela Beltrán Carías, quien moderó el evento.
Entender lo político
El foro comenzó con la presentación de Félix Seijas, quien hizo un repaso a grandes rasgos del ¿cómo llegamos aquí? Seijas inició con una breve caracterización de nuestro devenir político: de un debilitamiento de la confianza en las instituciones, pasamos al surgimiento de un mesías carismático, lo que facilitó la conformación de un autoritarismo competitivo. Este se consolidó gracias al establecimiento de redes de complicidad, que finalmente llevó a la disminución del adversario político, tanto a nivel institucional como moral.
Lo siguiente fue revisar ¿dónde estamos?, a consideración de Seíjas actualmente: el régimen lucha por consolidarse, la oposición está reajustando estrategias para enfrentarse al poder de facto, la comunidad internacional apoya una solución electoral y la población está desorientada.
En este complejo escenario, el gobierno de Nicolás Maduro empujará la realización de las elecciones parlamentarias, buscando legitimidad: “mientras convenza a la oposición de abstenerse, ellos ganan” apuntó Seíjas, aclarando, además, que el reducir la discusión a votar o no votar pierde de vista la exigencia de respeto a los derechos políticos y civiles, que es lo que está detrás del reclamo de condiciones mínimas.
Por lo anteriormente descrito, a consideración del estadístico, para lo que viene, la oposición debe construir una hoja de ruta que genere presión en los bloques de poder, es decir, que “el costo de permanencia sea mayor al costo de retirada”. Esto se lograría combinando acciones de todos los actores claves: comunidad internacional, movilización social y apoyo de la Fuerza Armada Nacional. Paralelamente apuntó que los ciudadanos debemos abandonar “la expectativa de que todo se puede cumplir rápido”, pues la misma, al no concretarse, sesga el balance de los acontecimientos y las futuras acciones.
Cómo abordar lo económico
Asdrúbal Oliveros comenzó con una descripción del escenario económico: hay una mejora de los mecanismos de distribución de bienes (gracias, principalmente, a las importaciones), desaceleración de la tasa inflacionaria (aunque seguimos en hiperinflación), profundización de la dolarización transaccional y baja competitividad del sector manufacturero. Con esto, en su opinión, no se puede hablar de “crecimiento, sino de un cambio de la economía”.
Oliveros señaló que la dolarización que vivimos, no implica que todas las personas tengan acceso a divisas y tampoco, en otro extremo, se puede afirmar que el origen de todos los fondos sea exclusivamente de actividades ilegales. “Sí hay una cifra importante de transacciones ilícitas, pero también hay personas que trabajan día a día para tener sus dólares y no quieren saber nada de Maduro y de Guaidó. Los venezolanos no pueden sostenerse solamente con su sueldo”.
El economista se detuvo a caracterizar al sector privado venezolano de hoy, con la finalidad de desmontar la generalización de que “es pueblo contra pueblo”, pues simplifica la problemática. La inversión privada se enfrenta a diferentes distorsiones: un mayor peso de la oferta importada (consecuencia de una producción nacional deprimida), lo público se ha privatizado (los particulares deben asumir lo que es responsabilidad del Estado), los sectores se han desarrollado desigualmente (hay empresas que están en su mejor momento y otras que resisten), existe una tendencia creciente a la informalización y un problema grave de liquidez.
Una preocupación constante de Oliveros mientras hacía su exposición fue el de las consecuencias para las personas más vulnerables; en todos los escenarios se hacen más dependientes del Gobierno y se les dificulta el acceso a bienes y servicios, incluso de carácter público. Concluyó afirmando que “El fin de estas acciones no es la estabilidad económica sino la permanencia en el poder”.
Ideas para superarnos
“Cuando teníamos todas las respuestas nos cambiaron las preguntas” fue el punto de partida de la reflexión que orientó Ramón Piñango. A través de cuestionamientos y anécdotas el profesor explicó la incertidumbre y frustración que nos produce, como individuos y como sociedad, el paso de “la ilusión de un país posible” al “sálvese quien pueda y al reino de lo absurdo”, experimentado en las últimas dos décadas.
Seguidamente, Piñango presentó algunas ideas de qué pueden hacer las personas y organizaciones para enfrentar “las angustias” de nuestro aquí y ahora:
Reconocer lo que vivimos (equiparable al trabajo de documentación y seguimiento que individuos e instituciones adelantan).
Tratar la realidad como transformable.
Valorar lo que tenemos.
Apoyarnos mutuamente.
Esto fortalecerá “la convicción de que no estamos condenados a nada” y, a consideración del profesor, este es el punto de partida de la resiliencia; que en sus palabras, es la “capacidad de realizar ajustes positivos bajo condiciones desafiantes”.
Una idea disruptiva, producto de este análisis, es que en nuestro contexto “la planificación crea esperanza” y lo hace porque en medio de todas las limitaciones, planificar es una expresión de fe en nosotros mismos: “la resiliencia no tiene que ver con tener éxito siempre, sino con tener la capacidad de adaptarse y recuperarse”.
En ese camino de adaptarse, Piñango recomendó por un lado, asumir el futuro como una hipótesis, es decir, sabiendo que es tentativo, que contendrá errores y que puede cambiar por la aparición de otras situaciones; y además recurrir a la experiencia, el conocimiento y la imaginación para afrontarlo.
Notas:
1 Esto implica no tener disidencia y hasta el momento, no ha podido: la existencia de personas que no están de acuerdo
con sus políticas y que lo manifiesten, individual y colectivamente, ha sido un obstáculo para la concreción definitiva en el poder.
Saúl Blanco
Abogado y Oficial del Programa de Defensa, Acción y Exigibilidad en Espacio Público.
Lenys Martínez
Periodista. Especialista en Periodismo Digital con diez años de experiencia en medios digitales, redes sociales, comunicación corporativa, redacción de boletines, relaciones públicas, edición y corrección de contenidos.