Los objetos agrupados en la muestra Desde la orilla, la otra orilla de Alberto Asprino, –Sala Efímera Los Cubos del Centro Cultural UCAB 2018-2019– están hechos de espacio y tiempo. Son territorio, memoria y signo. Entre ellos deambula la energía de lo vivido: intimidades, epopeyas nacionales, alegrías compartidas, esperanzas, fracasos estrepitosos y tránsitos laberínticos. Se trata de cosas mortificadas por el ir y venir de la existencia, ahora reunidas a modo de apuntes tridimensionales: notas hechas a partir de fragmentos de vidas desconocidas, cuadernillos de bocetos diseñados por una sensibilidad a la vez arqueológica, urbana y espiritual.
Todos estos “peroles” –hermosa palabra pues en su acepción criolla está asociada al olvido– organizados ahí por el artista han sido provisionales en la vida de alguien. Muchos superan en años a quien los tuvo. Todos cambiaron de color, perdieron alguna de sus partes, recibieron olores y sustancias ajenas, modificaron sus texturas y, algunas veces, tomaron formas insólitas. Ellos llevan consigo las voces de innumerables lugares y épocas. Alguna vez fueron olvidados y arrojados a las orillas del azar: desde ahí nos hablan sin dar explicaciones Humberto Valdivieso – Lorena Rojas
Alberto Asprino se hizo al arte a través de su formación como ceramista, posiblemente de allí le venga su apego a lo objetual, hasta el punto de que en cada una de sus propuestas plásticas y visuales, además de las curatoriales y montajes de obras en sala de exposiciones, el objeto persista como materia prima de sus creaciones. Por otra parte, Buda nos legó este revelador aforismo: “Somos lo que pensamos”; parafraseando al maestro oriental podríamos decir: “Somos el arte que sentimos, pensamos y hacemos”.
Un objeto es un medio material que encarna una energía capaz de comunicar una idea. Los objetos abandonados en las playas del litoral central por la urgencia de una situación, la desidia, el empuje del consumo y de la moda albergan en su esencia una historia capaz de despertar una idea, una asociación que impulsa la creatividad de Alberto Asprino.
Víctor Hugo Irazabal
Como arquitecto que es, Asprino logra estructurar una historia –nuestra historia– en casi tres lustros de recorridos a través de rincones y playas de nuestro país. De algo simple a primera vista, queda al descubierto una sensibilidad y un ojo propios del más singular de los coleccionistas, de aquel que recolecta trozos de vida. Gracias a su interés por la nostalgia, por la historia y por la imagen podemos jugar a ser viajeros en el tiempo. Asprino no es un autor para quedarnos en la superficie, no podemos quedarnos en la orilla. El mar es profundo y desconocido, así como las sensaciones que provoca esta obra. Detengámonos un momento al pasar y atravesemos la orilla.
Esta exposición cuenta versiones de la realidad, cada uno reflexiona sobre la suya al visitar la Sala Efímera Los Cubos. Sin importar género, edad, zona de residencia o condición socioeconómica, todos tenemos algo que recordar y que encontrar desde esos objetos. Cada historia es una orilla, cada persona es una orilla, pero todas las orillas están conectadas por el mar. Por el tiempo.
Clara De Lima
¿Qué busco? Propiciar un
diálogo entre el ser y su razón
de ser
Alberto Asprino