Nuestra publicación del segundo trimestre de este año compila trabajos que giran alrededor de la investigación periodística y el periodismo colaborativo. Iniciativas profesionales que impulsan y abren espacios, al tiempo que vencen limitaciones que se van haciendo costumbre en unas instituciones del Estado cada vez más desgastadas.
Inspirar y transgredir, una dupla que hace del ejercicio profesional una búsqueda incansable de realización. Un número que rinde honor, también, al Día Mundial de la Libertad de Expresión (3 de mayo) en un mundo amordazado, bajo la autoría de Marcelino Bisbal con su “Epílogo para una fecha”, para abrir la Agenda pública de esta edición.
Le sigue el “Estudio de libertades informativas de 2021: La orquestación del silencio”, de IPYS-Venezuela, junto al trabajo de Jorge Carrión titulado “Estamos ante la Primera Guerra Mundial Digital”, que abren la puerta para la segunda conmemoración de una efeméride comunicacional: Mariengracia Chirinos es autora de “Internet en la memoria y la propia voz de Antonio Pasquali. A propósito del Día Mundial de Internet: 17 de mayo.” Por su parte, Raisa Urribarri aporta un ensayo sobre lo que puede significar, en el campo de la libertad de expresión, la oferta de compra de Twitter por el empresario estadounidense Elon Musk.
En un número con el foco puesto sobre el quehacer periodístico, Jesús María Aguirre reflexiona sobre la observancia del oficio con el texto que abre la sección Dossier, un incisivo cuestionamiento sobre ¿Quién vigila al vigilante? Y, para abonar a la disertación sobre vencer las barreras (y transgredirlas para ejercer el oficio), León Hernández desarrolla propuestas para “Enfrentar la desinformación desde la mayéutica de Sócrates”.
“Los dilemas del periodismo en el cine” ocupan la atención de Sergio Monsalve con una revisión de largometrajes que sacuden los constructos que sostienen la profesión. Mientras que la periodista Valentina Oropeza ofrece un paseo detallado por una de sus investigaciones para acompañar el proceso de levantamiento de información y estructura de contenido con su texto “¿Cómo hacer periodismo de investigación en contextos humanitarios? El caso de Los hijos de la mina”.
Ysabel Viloria presenta otra de las vías que encuentra el oficio para cumplir sus funciones desde la integración de esfuerzos con el trabajo “Periodismo colaborativo catapultado”. Elvianys Díaz desarrolla dos experiencias de IPYS-Venezuela: una cartografía del periodismo de investigación y la propuesta de formación de periodistas de investigación.
Desde la trayectoria en el ecosistema de medios digitales, Mariengracia Chirinos muestra “La bitácora de Prodavinci”, y, para cerrar el Dossier, se expone una exhaustiva revisión en “Manuales de periodismo de investigación: las cosas han cambiado”, un recorrido guiado por Humberto Jaimes y Gustavo Hernández Díaz.
La sección de Estudios la componen dos textos, el primero a cargo de María Fernanda Rodríguez el “Making-of del periodismo de investigación en Venezuela. Caso: universidades en rojo”, y el “Origen y evolución del discurso de la hegemonía comunicacional en Venezuela”, una revisión detallada de Fidel Pérez Varela sobre el fenómeno creciente del brazo del Estado en materia mediática.
En Hablemos, leemos la voz del prisionero 148, el testimonio en primera persona de Luis Carlos Díaz sobre su paso por las celdas de la censura y los abusos contra el derecho de expresarse, difundir informaciones y, sobre todo, del libre pensamiento. “El asedio del Poder. Reporte anual 2021 de IPYS Venezuela”, es el documento que cierra este número 198, inspirador y transgresor que invita, también, a la vitrina en nuestra Galería de papel bajo la responsabilidad del artista plástico Rolando Peña, conocido como el Príncipe Negro. Como dice el periodista Humberto Sánchez en reciente entrevista con el artista: “Rolando Peña es uno de los artistas plásticos venezolanos que no se ha amilanado ante las maneras de expresarse: la danza, el teatro, la escultura y el happening”.