Javier Conde
SUMARIO
El 3 de agosto de este año el diario El Nacional cumplía 79 años. Hoy ya no es un periódico impreso, fue obligado por el régimen a ser un portal web –cuando se puede acceder a él–. Hasta allí ha llegado la censura impuesta por el Gobierno. Sin embargo, a pesar de todos los obstáculos, “El futuro es seguir trabajando, luchando e informando”, afirmó su presidente editor. Valga esta crónica para recordar, otra vez, la existencia del que fuera el más influyente e importante diario no solo del país, sino de América Latina.
La primera vez que me senté frente a una máquina de escribir en un periódico sudé la gota gorda para parir veinte líneas. Sigo transpirando, y arrastrándome hacia atrás el cabello que aún me queda, para llenar ahora un espacio similar.
“Siempre me ha resultado difícil escribir”, cuenta Gay Talese al recordar sus orígenes como escritor de no ficción. Un consuelo.
Pero volvamos a aquellas veinte líneas. Tecleadas sobre una Remington o Olivetti, no recuerdo la pareja de esa primera vez, ni siquiera de qué iba el asunto; sí, el escenario: una redacción con medio centenar de periodistas en una vieja edificación del centro de la ciudad.
Repicaban varios teléfonos, un grupo en torno a un escritorio se reía de la última peripecia de un ministro. No había pantallas en paredes y columnas. Sobraba ruido y tiempo en aquella redacción donde las noticias se cocinaban a fuego lento. Serían, muchas, secretos hasta mañana.
Ahora escribir para un diario puede ser un vicio solitario. Teletrabajo. Y hay a quien le gusta así, lobos solitarios a la caza de algún tópico viral que pronto, mucho antes de mañana, será reemplazado –asesinado– por otro más viral.
En el país de donde vengo hay un cementerio de periódicos. Una fosa común donde enterraron en vida redacciones de última generación. Habían logrado sobrevivir al cambio tecnológico pero sucumbieron ante un cambio climático de leyes, reglamentos, disposiciones, artículos, para silenciar; persecuciones, hostigamiento, cárcel, exilio, para meter miedo en el cuerpo y el alma.
El Nacional de Caracas acaba de cumplir 79 años y solo respira por una web cercada. Lo dejaron sin sede y desangrado. Allí, en ese faro, fueron mis primeras veinte líneas.
(Publicado originalmente en El Progreso de Lugo, España)
Javier Conde
Venezolano. Periodista egresado de la Universidad Católica Andrés Bello. Trabajó como periodista en diversos medios impresos en Venezuela.