Arantxa López
SUMARIO
El artículo nos ofrece un recorrido sobre el tema de los llamados “memes” y lo que significan para comprender la cultura humana. Como apunta el texto: meme es idea, concepto, mensaje y lenguaje que se desarrolla y transmite en la red de redes. Hace hincapié en la denominada “memética” que tiene como objetivo la comprensión de los memes como hecho o fenómeno cultural.
Devota de los memes
En el año 2021 me presentaron la Iglesia del virus y ese día formalicé mi devoción por los memes. El que llegó a predicar la palabra fue Alfre Mancera, un comunicador audiovisual graduado de la Universidad de Málaga, quien desde 2013 ha tenido como uno de sus objetivos divulgar información sobre temas políticos, tecnológicos y filosóficos que se relacionan con Bitcoin.
Alfre suele investigar sobre aspectos culturales del ambiente tecnológico futurista criptográfico de los años 70, 80 y 90. En ese proceso de investigación dio con una página increíble que propone todo un estudio en torno a la memética: Church of virus –la Iglesia del virus–, una filosofía neo-cibernética para el siglo XXI. Así terminamos realizando una colaboración para explicar la propuesta sobre memética que está diseñada para difundir la idea de los memes y los virus mentales, que a su vez nos permiten comprender la cultura humana porque lo que busca un meme es la inmortalidad; el virus tiene un deseo de persistir y usar los cerebros humanos como vehículos para perdurar en el tiempo.
En busca de la inmortalidad
Governments can´t kill Bitcoin.
You can´t kill an idea. Ideas are bullet proof.
Bitcoin extends beyond just code, it´s a mindset.
@BitcoinBrains
Hay ideas, datos, información que no deben morir porque permiten nuestra supervivencia. Es parte de nuestro ser el acto de preservar ideas. Esas ideas reciben un nombre particular; cuidamos y tratamos de reproducir todos los memes que nos rodean. Porque sí, hay memes en todas partes y se multiplican sin parar, nuestra existencia está repleta de memes.
El meme no vive solo en Internet, desde la biología se define como una unidad de transmisión cultural o de conducta que pasa de persona a persona o de generación en generación a través de la imitación. La palabra meme apareció por primera vez en El gen egoísta, un libro publicado en 1976 por Richard Dawkins, un biólogo que estudiaba la teoría de la selección natural de Charles Darwin y la sociobiología de Edward Wilson. Para Dawkins los memes eran una unidad mucho más importante que los genes porque los memes son replicadores que se relacionan con la evolución o aprendizaje del lenguaje y la cultura.
De ahí parte la memética en la cual se aplican los principios de Darwin para explicar las ideas que acompañan a un grupo de personas y la forma como trasciende de generación en generación. Estudia la evolución cultural donde los memes que radican en una población se conservan en los medios actuales de comunicación y dejan de ser solo un hecho biológico.
El desarrollo se explica así: el hombre evoluciona, se comunica a través del lenguaje que transmite cultura por medio de memes.
Cuando una idea se hace popular quiere decir que se ha propagado o esparcido de cerebro en cerebro. Por eso se le conoce como virus, los virus de nuestra mente. Internet ha sido un espacio para darle más vida y oportunidad de crecimiento a los memes. Estos virus han evolucionado a lo largo de los años, se han adaptado a nuevas dinámicas porque es uno de los principios de la memética: algo muere porque queda obsoleto, por eso debe estar en la búsqueda continua de mejores conceptos, mucho más precisos y útiles en el tiempo para poder garantizar su supervivencia.
Ese planteamiento es totalmente aplicable a la mayoría de las cosas que surgen en nuestra sociedad, uno de ellos es la evolución del dinero y la creación del protocolo de Bitcoin. Mancera dice que “… los memes son como el dinero, todos los usamos y nos vemos influenciados por ellos pero pocas veces nos preguntamos su significado y lo que representan para nosotros en nuestro día a día”. Es cierto, y es posible entender mucho más nuestra existencia si vamos entendiendo la vida de un meme.
A partir de la definición de meme de Dawkins (1976) podemos decir que Bitcoin es un meme porque es una idea que fue planteada en un foro, tuvo éxito, se volvió poderosa e incluso ha intentado ser repetida o transformada. Es un meme y a la vez está lleno de muchos otros en varios niveles. Es una plantilla que quiere ser aprovechada y se replica. Se quiere copiar el protocolo de la misma forma en la que se imitan todos los memes.
Bitcoin será igual a un Bitcoin y a su vez igual a un meme siempre que un meme sea un meme porque meme es idea, concepto, mensaje y lenguaje que se desarrolla y transmite en la red de redes. Es libertad, es poder. Bitcoin-meme es lo que represente para nosotros.
Léxico memético
La Iglesia del virus expone una serie de definiciones bastante interesantes que ayudan a entender el desarrollo de la humanidad a través de los memes, también podemos ver por qué los memes –de Internet– son un medio óptimo para la creación de comunidades –así como la comunidad entre bitcoiners–.
Para la Iglesia del virus el meme es un patrón de información contagioso que se replica parasitariamente, una idea o patrón de información es meme hasta que estimula a alguien a repetírselo a otra persona o replicarlo, “todo conocimiento transmitido es memético” (Wheelis, citado por Hofstadter). El patrimonio memético es la diversidad de memes que son accesibles a un individuo o cultura, por eso Internet se convierte en amplificador. Aprender lenguajes es un método para expandir el patrimonio memético y el consumo en Internet te ayuda a comprender más referencias, “… la cantidad de memes que logras entender es directamente proporcional a la cantidad de memes que consumes en Internet”.
Un portador es una persona que fue exitosamente infectada por un meme, como ejemplo podríamos decir que un bitcoiner fue infectado por lo que representa el patrón de Bitcoin. Un memoide es una persona cuyo comportamiento ha sido tan influido por un meme que su misma supervivencia ha dejado de tener importancia en su mente, y un ingeniero memético sería una persona que conscientemente idea memes con la intención de alterar el comportamiento de otras personas.
Podría decirse que el hecho de ahondar en la significación de los memes, entender el meta-meme y presentar el universo memético con el fin de que alguien pueda asimilar el ciclo y ver la presencia de los memes en nuestro día a día me acerca más a la sala de los ingenieros meméticos que a la de los que son solo portadores. Ese espacio de la ingeniería memética también debe considerar las formas de consumo de los memes de Internet, o el consumo de contenido digital en general.
La clave es la versatilidad
Cuando estaba pequeña mi papá me explicó el planteamiento de Cortázar sobre las dos categorías de lectores: pasivo y activo, creyendo que el activo realmente era el ideal.
No, la clave está en la versatilidad –del consumo de memes de Internet–.
A lo largo de los años he dejado de compartir ese enfoque de lector hembra (pasivo)/lector macho (activo) porque me causa un poco de ruido esa forma de simplificar o comparar el tema de cómo se recibe un contenido y se decide actuar ante él. Si dejamos el tema solo en “macho” y “hembra” se me hace arcaica la visión y no plantea de forma extensa los roles de actividad y pasividad, las experiencias deben ir más allá y lo he notado en el consumo de memes.
Me parece que sí, puede haber consumidores de memes pasivos y consumidores de memes activos y ninguno es mejor que el otro. Eso solo responde a sus intereses pero muestra que el activo está en un nivel más alto en cuanto a la curaduría de contenido, su mapa de referencias es mucho más grande y legible y la interacción constante con un entorno lleno de memes le da más habilidades prácticas a diferencia de aquella persona que rara vez consume memes de Internet.
Dentro de esa pasividad y actividad pueden existir niveles porque de no existir dichos niveles un consumidor activo podría llamar “normie” a todo consumidor pasivo que aparezca. Eso porque es muy común que los consumidores pasivos sean más propensos a decir que “solo hay memes de”, “nunca he visto memes sobre”, “todos los memes siempre son…”, y un sinfín de frases.
También pueden decir que no entienden de qué van los memes sobre una gran variedad de temas, a nivel general eso revela que su mapa de referencias es mucho más reducido. A diferencia de un consumidor activo que diga que no entiende los memes sobre un tema específico. ¿Por qué? Porque hay demasiados memes. Un consumidor activo que ha hecho su proceso de curaduría posiblemente ha dejado por fuera uno o varios tipos de memes, si ese tipo de meme que saca de su campo de consumo se vuelve tendencia pues no lo captará al instante pero sí tendría más facilidad para “ponerse al día”.
Teniendo eso en cuenta se puede asumir que definitivamente es mejor ser consumidor activo pero aquí es donde entra en juego la versatilidad, la puerta directa al entendimiento del lore o universo memético; es la adaptación y el disfrute de todos los roles del consumidor.
En la actividad se ve de forma más crítica un meme: cuál es el contexto, la composición, el sentido, cómo puedo replicar la forma con otro fondo o viceversa.
En la pasividad está el deleite sin muchos cuestionamientos: veo, me río, interactúo –comento, doy like, comparto y envío–. Si no entiendo sigo de largo porque probablemente no me interesa demasiado entender ese contenido como para buscar el sentido en ese momento, continúo.
Desde la versatilidad, que abarca todo el espectro de pasividad y actividad, se puede seguir siendo crítico y aun así elegir momentos específicos para tener al meme como un elemento que distrae, entretiene, sube el ánimo. Es usar cada función del meme.
Para la versatilidad debe ser clave esta idea: un meme es un meme pero también es más que solo ese meme, es meme. Puedo reírme y no darle importancia porque es un meme pero también puedo preocuparme y ponerle atención porque es un meme.
Es nada, es un meme. Es demasiado, es un meme.
Arantxa López
Licenciada en periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona. Posgrado en Relaciones Internacionales por la Universidad Autónoma de Barcelona. Ejerce como periodista freelance.