Recorriendo la historia educativa de la Iglesia y de la Compañía de Jesús me llaman la atención tres fenómenos: el primero es que la formación de los fieles desde la Iglesia primitiva, pasando por la Edad Media se hacía fuera de las aulas, en el campo, bajo los árboles, en las capillas e iglesias, pues no había una cultura de lo que se entiende por educación escolar institucionalizada en espacios ad hoc.
En segundo lugar, la transmisión era prevalentemente oral y visual, pues la mayoría de la población era iletrada y no sabía leer, ni escribir. Así se explica, por ejemplo, que en la Edad Media cuando los fieles no tenían acceso a una Biblia en lengua vernácula y no sabían leer, las vidrieras de los templos y de las catedrales y los retablos, fueran denominadas como “Biblia laicorum” (Biblia de los laicos), pues mostraban a modo de comic las escenas de las Sagradas Escrituras. Mientras el clero detentaba el dominio de la cultura letrada en los monasterios e incipientes universidades, la recepción común de la población era oral-visual y progresivamente dramática y musical.
Un tercer cambio, ya en pleno Renacimiento en los países occidentales, fue la creación de los centros escolares, tal como los concebimos ahora. Los jesuitas fueron los que mayormente desarrollaron el modelo de colegios con salones o aulas ad hoc, con textos impresos a partir de la invención de la imprenta por Gutenberg y un sistema educativo o “Ratio studiorum”.
Hay que reconocer que su educación era integral, pues en la dinámica escolar introducían la formación artística en las artes, poesía, plástica, teatro e incluso ópera, como se comprueba incluso en las muestras de las Reducciones del Paraguay. En las misiones jesuíticas de todo el mundo se introdujeron las canciones, la plástica, la danza, las dramatizaciones como modalidades de aprendizaje y evangelización. En la versión contemporánea hablábamos de actividades periescolares que incluían el excursionismo, los deportes, cine foros y, en general actividades culturales extracátedra.
La provocación del Mc Luhan: el aula sin muros
Tuvieron que pasar varios siglos, dominados por la cultura de Gutenberg, que en el campo educativo asociaba la escritura, el libro y el espacio escolar controlados por un maestro varón pues aún las mujeres eran discriminadas. El desarrollo del cine a finales del siglo XIX y de la radio y la televisión fueron progresivamente transformando el campo cultural, hasta convertirse en símbolos de la modernización y el desarrollo. Aunque, inicialmente, se pensaron como instrumentos con alto potencial educativo, la dinámica derivó hacia el entretenimiento, combinado con la propaganda y el consumo.
A mediados del siglo XX un experto francés Joffre Dumazzedier acuñó la expresión “la cultura Penélope” para referirse al impacto de las industrias culturales en desmedro de la educación escolar formalizada. Como sabemos la esposa de Ulises en su espera en Ítaca estaba acosada por varios pretendientes a quienes aplacaba diciendo que las atendería cuando terminara de tejer un tapiz, que ella la destejía para prorrogar el tiempo de espera.
Es decir que los medios de comunicación destruían en el tiempo extraescolar el esfuerzo educativo realizado por los maestros en el aula. Esta visión apocalíptica permeó la mentalidad de muchos educadores en todo el mundo y también en Venezuela.
Sin embargo, la radio se convirtió en el medio de información y entretenimiento más importante para los adultos aún analfabetos fuera de las aulas, y ya para finales del siglo XX en Venezuela los niños dedicaban unas cuatro horas y media a ver televisión.
McLuhan, el canadiense, autor de la “Galaxia de Gutenberg”, que participó en el Concilio Vaticano II y puso su impronta en el documento “Inter Mirifica” nos hizo ver que la aparición de los medios de comunicación era digna de celebrarse y no de condenarse, como lo hacían muchos documentos de la Santa Sede advirtiendo sobre sus peligros morales. Se abría la hora de los laicos sin estigmatización por trabajar en los medios.
Este católico canadiense en su libro “El aula sin muros” nos hizo tomar conciencia de que en la nueva cultura audiovisual la información y formación de los ciudadanos de todas las edades es tan importante como la cultura escolar, dando a entender además que su potencial está subestimado tanto en las primeras etapas de la niñez y juventud como en la adultez por la cada vez necesaria educación continua.
Los jesuitas despiertan de su letargo y salen de la Galaxia de Gutenberg
Está por escribirse la historia de la Iglesia y de los medios de comunicación en Venezuela y el 50° aniversario del Instituto Radiofónico Fe y Alegría (IRFA) en el 2024 pudiera ser un buen pretexto para recuperar no solamente la historia de la emisora y de su función educativa, sino de los diversos intentos –exitosos o fallidos– de los jesuitas en este terreno, pues al decir de un empresario de los medios se aprende más de los fracasos que de los éxitos. Enumero algunos hitos por si alguien quiere recoger el reto: [1]
- La Revista SIC comienza a incorporar las clasificaciones morales de las películas y las críticas cinematográficas.
- Pioneros artesanales: León Robuster filma el Nacimiento viviente en Santa Ana el año 1960 (Táchira). Producciones personales de jesuitas.
- Creación de Jesuit Communications (JESCOM) en 1967 durante la Congregación General XXXI.
- Fundación de SERCOS en 1972 por los PP. Epifanio Labrador, S.J. y Fernando Acosta, S.J., el primero será asesor comunicacional de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) y el segundo irá más tarde a Radio Vaticano en Roma.
- Primeras transmisiones de Radio IRFA, Caracas, en 1974 bajo el modelo de la Radio ECCA: “El maestro en casa”. Implantación del sistema de Educomunicación a distancia.
- Fundación del Centro de Comunicación Social Jesús María Pellín y la revista COMUNICACIÓN en 1975. Producciones audiovisuales y radiofónicas para grupos y emisoras. Distribuidor de SERPAL: servicio radiofónico para América Latina (series Jurado 13, el P. Vicente, y Un tal Jesús). Primeras grabaciones del P. Miguel Matos, S.J. y el P. Alex Salom, S.J. en disco y cassette.
- Formación de los primeros departamentos audiovisuales en los Colegios.
- Experiencia televisiva interprovincial en 1976: creación de la productora y distribuidora de la serie de películas, ENIGMA para cine y telecine.
- Proyecto de revista latinoamericana MIRADA GLOBAL, publicación digital plurilingüe en castellano, portugués e inglés, con la participación del Centro Gumilla y la coordinación de Mensaje de Chile en 1997.
- Curso interprovincial de jóvenes jesuitas de América Latina sobre internet y producción multimedia en la UCAB, organizado por JESCOM-AL en 1997.
- Desarrollo de las web y de las plataformas multimedia a partir del año 2000 hasta el presente en la UCAB, Fe y Alegría, Centro Gumilla, CERPE, Colegios, Huellas, Parroquia San Alberto Hurtado, etc. Avance de los cursos virtuales en la pandemia (2019-2020).
- Aprobación en 2023 por el Consejo Nacional de Universidades (CNU) del Proyecto del Doctorado “Comunicaciones en la Sociedad del Conocimiento” (UCAB).
La mies del Ciberespacio es mucha, pero los operarios pocos…
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P. Jesús María Aguirre, S.J.
Profesor de pregrado y postgrado de Comunicación en la UCAB
[1] Aclaro que no se trata de la participación de los jesuitas como escritores en periódicos o entrevistados en medios por ser autoridades o expertos, sino de su acción proactiva creando medios o programas propios, a partir de la C.G.XXI, en 1967. ↩︎
Fuente: Este artículo ha sido publicado originalmente en la revista Jesuitas de Venezuela: “1923-2023 Cien años educando y construyendo el país”.