En esta crónica, el autor revisa la formación profesional de Sofía Imber y su ejercicio entre 1944 –sus pininos– y 1995, cuando deja la jefatura de las páginas culturales de El Universal. Destaca cuatro etapas: París y su regreso a Caracas, la televisión, las páginas y el museo, a la vez que interpreta los nexos que ella construyó, como intelectual público, entre cultura, política y periodismo, con los cuales contribuyó a construir país.
La escena, como una fotografía lavada por el tiempo, se ubica a medio camino entre el recuerdo y el sueño. La rubia de largos cabellos viste una bata blanca mientras está sentada frente a un niño y le hace preguntas para su historia médica, en el servicio de psicología infantil del Dr. Humberto García Arocha, en la Caracas provinciana que despierta al siglo XX ala muerte del hegemón, andino y liberal. Ella, inmigrante rumana, hija de judíos practicantes, salvada de guerras y de hambrunas, mira al niño con una mirada inquisitiva que busca grabar cada gesto elocuente –así se muestre en silencio– del pequeño paciente de terapia; desde sus ojos azules a los que nada parece escapar. Toma algunas pocas notas, para luego hacer un informe de esa conversación, con detalle en las expresiones, las inflexiones, que el experimentado psicólogo empleará para su diagnóstico y posterior tratamiento. La muchacha, aún muy joven, sabe lo importante que es la fidelidad de su testimonio para la salud: su hermana es la primera mujer médico que egresa de las aulas universitarias, y será la primera directora del primer hospital público de especialidades pediátricas en Venezuela Porque con la modernización el país descubre que tiene niños y que ellos marcan el tiempo que avanza hacia el futuro.
Desde su puesto de asistente, ella sueña con seguir sus pasos; no consigue plaza en Caracas y viaja a Mérida donde estudiará media carrera en la neblinosa facultad –la rusita, así la conocerán los compañeros, jóvenes criollos amantes del mote y el gracejo– en un intento fallido, temprano fracaso de tres años, ante el cual no se rinde. [Continúa leyendo…]
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