AUTOR: Víctor Campoverde
Los medios de comunicación son fundamentales para toda democracia. No solo porque se encargan de hacer llegar la información necesaria para la participación ciudadana en los procesos democráticos, sino que también son la ejemplificación de la libertad de expresión. La pluralidad informativa y de opinión debe existir en una democracia, y los medios deben demostrar el libre ejercicio de un periodismo responsable, formativo y honesto.
En Venezuela, el medio con mayor influencia desde los años 50’s y durante todo el período democrático fue la televisión. Una televisión que no siempre fue responsable ni practicante de un periodismo socialmente beneficioso, pero que sí fue el vivo ejemplo de un sistema que, a pesar de sus numerosas imperfecciones, era en su esencia democrático. Una televisión donde, a diferencia de hoy día, no se callaban voces.
No se puede ocultar que la televisión nacional fue evidentemente politizada, y que las tendencias de sus dueños y líneas editoriales permearon en su actividad. En diversos momentos, los principales canales venezolanos fungían de oposición o de entes que favorecían la popularidad de un partido. Cada canal tuvo sus “consentidos” y sus “villanos”, y así lo transmitían en las pantallas del país, pues eran libres de hacerlo, de representar la opinión de los diversos sectores de la sociedad.
Pero la televisión no era solo política, de hecho, era en mayor medida cultura, entretenimiento, novelas, música, opinión, deportes y muchos otros tópicos que hoy escasean en los canales nacionales. La televisión nacional era el medio por excelencia de la familia venezolana.
En materia política, que no era el tema principal de las programaciones televisivas (aunque para alguien que no vivió en esa época, esto parezca una utopía), se dio espacios de crítica, de expresión, de opinión, y de libertad. Durante muchos años, sobre todo durante el bipartidismo, los diversos canales mostraron sus tendencias políticas a favor o en contra de los mandatarios del país, pero ver VTV no era ver la programación de un partido, ni ver Globovisión te hacía de oposición.
Sin embargo, tal como afirman Andrés Cañizález, profesor investigador de la UCAB y Maryclen Stelling, socióloga y coordinadora del Observatorio Global de Medios de Venezuela, la polarización política de la televisión empezó a fines de los 80’s y principios de los 90’s, y se exacerbó con la llegada de Chávez al poder. Fue allí cuando la televisión dejó de ser un ejemplo de una democracia, y empezó a fungir como institución política por encima de los propios partidos, que además iban en decadencia.
Los canales llegaron, entonces, a jugar un papel perjudicial para el país y el sistema democrático, como en el Caracazo, cuando empujaron la histeria social, o el golpe del “4F”, donde le dieron unos fatídicos minutos de pantalla al militar golpista Hugo Chávez, convirtiéndolo automáticamente en un personaje mediático. Esta participación de los medios derivó en un presente oscuro para los venezolanos.
No malentendamos: durante la etapa democrática de Venezuela, los medios no fueron “angelitos”. RCTV, para muchos el canal más popular, fue cerrado por horas e incluso días por Carlos Andrés Pérez y por Luis Herrera Campins, y siempre aceptó todas sus penitencias y no dejó de expresar lo que un sector del país sentía o quería ver.
Lo cierto es que nunca un gobierno adeco o copeyano hizo lo que el presidente Chávez sí: callar la voz de Radio Caracas Televesión, que junto al cierre de tantísimos otros medios y la manipulación de otros a través de sus estrategias “legales”, significó el pisoteo del chavismo a la libertad de expresión y, por consiguiente, a la democracia.
Tinedo Guía, presidente del Colegio Nacional de Periodistas afirmó el año pasado, cuando se cumplió una década del adiós al canal, que “el cierre de RCTV significó el fin de la democracia en Venezuela”. Y es que no hace falta ser un experto para darse cuenta que el país que vemos en los canales de la parrilla televisiva nacional no es la Venezuela que lamentablemente hoy sufrimos los venezolanos.
Cierre de RCTV Foto:
Esto deja vía libre para la impunidad, la corrupción, los atropellos a la democracia, los abusos de poder del gobierno y por supuesto la censura, elementos que sí eran denunciados en los años de democracia del país, así fuera por motivos políticos. Había espacios para pesos de lado y lado.
Como futuro periodista, el escenario que vivimos en materia comunicacional es desalentador, sin embargo, hay quienes preferimos tener otra percepción. Y es que mientras más tiempo pasamos en esta oscura realidad, menos tiempo resta para el cambio, y es allí donde los jóvenes debemos ser parte y aprender de los errores de los medios en el pasado y ser una nueva generación, cuya vocación fundamental sea la de servidores sociales a través del periodismo más que actores políticos.
A más de diez años del cierre de RCTV, recordamos la frase que el canal utilizó en su salida del aire: “Nos vemos en democracia”, pues que no quede duda de que la televisión y todos los medios deben ser y serán parte de la reconstrucción democrática que se avecina en el país, y que no solo reaparecerá Radio Caracas, sino todas las voces que han sido calladas y que merecen ser expresadas porque son las de los venezolanos que queremos una nueva Venezuela.