Filosofía de la información: el manifiesto “onlife” y el ser humano en la era de la hiperconexión
Filosofía de la información: el manifiesto “onlife” y el ser humano en la era de la hiperconexión

AUTOR: Jesús María Aguirre

El pensador Luciano Floridi, reflexionando acerca de la sociedad de la informaciónn y de la sociedad del conocimiento, inaugura lo que él llama la filosofía de la información. Desde un  planteamiento filosófico le reclama a la propia filosofía, la necesidad de una conceptualización del concepto de información que se aleje de los condicionamientos impuestos por el imperialismo cientificista, cuando no meramente estadístico. Finalmente se pregunta por la idea de cómo está planteado el panorama filosófico actual sobre el estudio de la información

Desde que en la antigüedad clásica Aristóteles descompuso los componentes del discurso en su Retórica, cabría hablar en sentido amplio de una teoría de la comunicación y de la información. Sin embargo, solamente con el auge de la ingeniería de las transmisiones electrónicas, inauguradas por Shannon y Weaver, o de la cibernética instauradas por Wiener, se impone un lenguaje fuertemente contagiado por una visión mecanicista. En paralelo, la semiología del suizo De Saussure o la semiótica de Peirce desarrollan una comprensión humanista de la información y de la comunicación más afín a la lingüística y a la filosofía, que ha ido permeando las disciplinas correspondientes. En el caso venezolano, el filósofo Antonio Pasquali en su libro Comprender la comunicación, aunque sin hacer siempre mención expresa de estas tradiciones, establece una distinción entre información y comunicación, tratando de marcar las fronteras entre las dos formas prevalentes de acercarse a los fenómenos comunicacionales, expandidos con la modernidad.

En los coloquios de Royaumont, donde se reunían anualmente hombres de ciencia y pensadores procedentes de las más variadas disciplinas para discutir nuevas materias y retos antropológicos, hubo un congreso dedicado específicamente al “concepto de la información en la ciencia contemporánea” (Siglo XXI, editores, 1966).  Bonsack, Goldmann, Mandelbrot, Moles, De Santillana, Wiener, Zeman, fueron algunos de los participantes de este coloquio en que se constató la diversidad de puntos de vista desde las ciencias más duras de la física y la biología hasta las más blandas de la literatura o de la educación. 

En la síntesis final, Jean Hyppolite, al comprobar esa diversidad, se pregunta si esa idea de “información” –equívoca, pero utilizada en dominios muy diferentes– no podía situarse en el espíritu de la filosofía contemporánea, que “realiza un esfuerzo para comprender cómo, no obstante la contingencia de la existencia, pueden surgir estructuras que tienen sentido y que pueden considerarse como mensajes.”(p.310). En este límite, sin querer rebasar las fronteras de las ciencias empíricas y fugarse a una visión teológica que implica un plan dado en el origen, los congresistas convergían en la necesidad de investigar la naturaleza del mensaje, que conduce  a conservar o reproducir la estructura frente a la fatalidad de pérdida, degradación, que corresponde en teoría de la información al aumento de entropía.

Se trataría de analizar la existencia desde sus condiciones de emergencia o aparición de los mensajes, no desestructurados, es decir de los puntos de surgimiento del sentido. Desde esta perspectiva, en que el lenguaje evade las referencias a la conciencia –habrá que ver hasta dónde puede llegarse por ese camino–, la filosofía de la existencia, según Jean Hyppolite, “…coincide con las investigaciones de la cibernética y de la teoría de la información sobre el terreno de las máquinas de información, que prolongan el cuerpo humano y cubren el camino, con una ‘prótesis’ susceptible de recibir una ampliación indefinida, hacia un modo de ser original que el pensamiento debe examinar y analizar, permaneciendo indefinidamente acogedor”. (Ibíd.) 

Cincuenta años  después, aunque se ha ido avanzando en las direcciones parciales de las disciplinas hasta adentrarnos en el concepto sociológico de Sociedad de la Información y del Conocimiento, las preguntas básicas siguen retando a la reflexión filosófica; ha surgido una nueva impostación, centrada en la dimensión antropológica de la información, que configura la Sociedad Red, y no meramente en la codificación de las conductas profesionales del mundo de los medios y redes. 

A mi entender la apuesta de Luciano Floridi, que no inaugura la filosofía de la información, pero la redimensiona, tiene el valor de reasumir las preguntas primeras desde su radicalidad y en el nuevo contexto de la Sociedad de la Información. 

Pauta del pensamiento filosófico de Luciano Floridi

El pensador Floridi reclama el rol de la filosofía en la conceptualización del concepto de la información, fuertemente condicionado por el imperialismo cientificista, cuando no meramente estadístico. Siguiendo a Ignacio Hernández Antón en su síntesis del pensamiento Floridi, veamos cómo se puede dar una noción filosófica de la información y cómo está planteado el panorama filosófico actual sobre el estudio de la información.

Para delimitar la filosofía de la información como una rama de la filosofía, Floridi distingue las siguientes temáticas:

– Aquellas que tratan sobre el análisis del concepto de información y su dinámica (generación, transmisión o eliminación de la información). 

– Las que se relacionan con nociones semánticas como las de verdad y de significado.

– Las que tratan de la relación con el concepto de (distintas formas de) inteligencia.

– Aquellas con carácter más ontológico que tratan sobre la relación información-naturaleza-ser. 

– Las que se inmiscuyen en aspectos prácticos relacionados con los valores en el uso y la ética de la información.

Por otra parte, según Floridi hay al menos dos formas de apropiarse e interpretar un campo de estudio (Floridi 2003, 2008, 2011): fenomenológicamente o metateóricamente,  pero en muchas disciplinas se recurre a ambas modalidades, aunque son comunes los sesgos en una y otra dirección. Este sería el caso de la Filosofía de la Información, en que prevalece la perspectiva fenomenológica, al preocuparse principalmente de los fenómenos informacionales, es decir, del procesamiento de la información computacional o de los flujos de las sociedades del conocimiento, o, en general, de la Sociedad Red.

Por ello Floridi trata de balancear este desequilibrio haciendo hincapié en la forma metateórica de acercarse al tema, para mantener la especificidad del campo y focalizando su pertinencia en:

– Investigaciones analíticas sobre la naturaleza conceptual y los principios básicos de la información, incluyendo su dinámica, utilización y las teorías científicas sobre ella.

– La elaboración y aplicación de metodologías (conceptos, terminología, enfoques) teorético-informacionales y computacionales a problemas filosóficos ya dados.

Consideramos relevante destacar la perspectiva crítica de esta propuesta por cuanto Floridi recalca, por una parte, la pretensión de no ser confundida con las teorías matemáticas o computacionales de la información y la comunicación (centradas en la cuantificación y en el análisis estadístico/probabilístico y algorítmico principalmente) y, por otra parte, con el adjetivo apela a que esta disciplina está en conexión con otras áreas filosóficas pero que no es reducible a conceptos clave de dichas áreas como son los conceptos de conocimiento, significado, verdad o acción.

Su programa de renovación nos recuerda la empresa de Niklas Luhmann en Sistemas Sociales, cuando en su intento de renovar las bases epistemológicas de las ciencias sociales, recurre a las conceptualizaciones del campo de la cibernética y de la bioquímica, las ciencias punteras en la actualidad, para rearticular el área de conocimiento. Así, al justificar su propuesta y el enriquecimiento derivado de las Ciencias de la Información y de la Comunicación indica que, además de ofrecer un nuevo campo, proporciona una metodología innovadora, por cuanto incorpora métodos, herramientas conceptuales y técnicas desarrolladas en las Teorías de la Información y en las Ciencias de la Computación para intentar aplicarlas a diferentes áreas filosóficas.

Aplicaciones de una Filosofía de la Información

De las diversas áreas de aplicación que menciona, considero que las más enriquecedoras para el campo de la comunicación social, de los infomedia y de las redes sociales son las siguientes:

– Las que conciernen a la explicación de los principios organizacionales de la vida y de la agencia (teoría genérica sobre agentes inteligentes): filosofía de la vida artificial, implicaciones cibernéticas de los autómatas, sistemas de decisión racional basados en teorías de juegos donde la información se toma como valor económico.

– Las que articulan las nociones de infosfera (reontologización de la sociedad), inforgs (agentes híbridos biotécnicos y humanos) con nuestro concepto de infomedia (artefactos de mediación semio-técnica en la Sociedad-Red).

– Las que investigan sobre problemas éticos, estéticos y antropológicos relacionados con la información: ética para la información en sistemas de información, teoría de la estética multimedia o la ciberfilosofía (filosofía del comportamiento e identidad humana en entornos virtuales).

Por fin, el proyecto de Floridi y sus colaboradores no se contenta con ser una filosofía  meramente teórica, sino busca también aterrizar políticamente con una propuesta práctica, que se traduce en un manifiesto, cuyo título  nos evoca una connotación contestataria del libro Ser digital de Negroponte (1995).  El grupo toma posición ante los nuevos retos de la Sociedad Red como son: 

a. El desvanecimiento de los límites entre lo real y lo virtual. 

b. El desvanecimiento de los límites entre ser humano, máquina y naturaleza. 

c. El paso de la escasez a la sobreabundancia informativa.

d. La transición del primado de las cosas al primado de la interacción.